Sexto Encuentro Internacional del CCMLM

El Sexto Encuentro Internacional de Coleccionistas de Minis de Licor en México resultó ser una experiencia repleta de emociones, marcada por el reencuentro de viejos amigos y la entusiasta incorporación de nuevos miembros al club. En esta edición, la magia del evento se potenció aún más al recibir a coleccionistas provenientes de diversos rincones del mundo, incluyendo países como Colombia, Costa Rica, España y Puerto Rico. La grata presencia de estos apasionados coleccionistas de distintas culturas añadió un valor especial a esta reunión anual.

La intensidad del encuentro se manifestó a través de una serie de actividades cuidadosamente planificadas. El primer día del evento, el jueves 10 de agosto, se inauguraron las actividades con la exploración de las Grutas de Amatitán, un paseo por los corredores subterráneos que revelan parte de la historia y geología de la región. El recorrido fue breve pero impactante, culminando en la primera degustación de tequila que, además de calentar las gargantas, sirvió como inicio de una aventura sensorial única.

Siguiendo con el programa, los asistentes se trasladaron a la emblemática Hacienda de Tequila Cofradía, donde se develaron los secretos del proceso de elaboración del tequila. La planta de producción, la cava y la tienda se abrieron ante los ojos de los coleccionistas, quienes aprovecharon la oportunidad para adquirir sus tequilas en miniatura y regocijarse con una refrescante margarita preparada con el esmerado producto de la casa. La sorpresa no terminó ahí, ya que la hacienda mostró un hotel con habitaciones en forma de barricas de tequila, creando un ambiente insólito y cautivador.

La travesía continuó en el centro del pintoresco pueblo de Tequila, donde las calles relatan su historia a través de su arquitectura y ambiente tradicional. Sin demora, la expedición prosiguió hasta los Jarritos, un establecimiento local que sirvió de escenario para degustar jarritos con infusiones de tequila, deleitando a los sentidos y recargando energías para el siguiente día.

La aurora del segundo día, viernes 11 de agosto, avivó la emoción del encuentro con una experiencia sin igual. La visita a la Tequilera Siete Leguas fue un festín para los sentidos, ya que su director general, Fernando Gonzáles acogió a los coleccionistas con un trato excepcional. Tras un recorrido que desentrañó el proceso de creación del tequila, cada asistente fue gratamente sorprendido con un set de tequilas en miniatura y una exquisita copa. Un obsequio que aseguró un recuerdo imborrable de la experiencia.

La jornada continuó en la tequilera La Joya, donde un vasto y esplendoroso jardín se conjugó con las instalaciones de primer nivel. Los coleccionistas se adentraron en la planta de producción, guiados por Carlos y su excepcional equipo de trabajo y, como guinda del pastel, disfrutaron de cantaritos y degustaciones de tequila que realzaron la experiencia sensorial.

La expectación culminó en el tercer día, cuando la Destilería El Magnífico abrió sus puertas para un desayuno excepcional. Sergio Partida, dueño de la destilería, guió a los miembros del club a través de sus instalaciones y cava, dando a cada asistente la oportunidad de dejar su huella al firmar una barrica que, en el futuro, se empleará para envasar miniaturas exclusivas del club. El broche de oro de esta visita fue la miniatura conmemorativa de su tequila, Chula Parranda, una botella de cerámica de 100 ml que se convirtió en un tesoro entre los coleccionistas.

Desde la Destilería El Magnífico, la expedición se dirigió a la Tequilera Tres Mujeres, lugar donde se celebró el Sexto Encuentro del Club. Los miembros se reunieron para montar las mesas de exposición, las cuales albergaron piezas magníficas que despertaron admiración. Sin embargo, más allá de las exhibiciones, lo que verdaderamente cobró protagonismo fue la camaradería que se respiraba en el ambiente. Los coleccionistas locales y visitantes convergieron en esta sede, llevándose consigo al menos una miniatura como recuerdo de la experiencia compartida.

La destilería también se convirtió en un espacio de experimentación, donde se exploraron cocteles expertamente elaborados y enriquecidos con las miniaturas, gracias a Ricardo. Con la culminación de la exposición, se celebró una comida que sirvió de escenario para reconocer a los miembros que contribuyeron de manera excepcional a la realización de un encuentro inolvidable y sin precedentes.

Para poner fin a la travesía, los coleccionistas fueron guiados a las instalaciones y campos de agave de Tequila Tres Mujeres, donde experimentaron la esencia misma del tequila. Con esto, el esperado encuentro llegó a su conclusión, pero la experiencia no terminó ahí.

Para el domingo 13 de agosto, Fer y Ghyna extendieron una cordial invitación a su impresionante colección, que se reveló como un universo en constante evolución y asombro. El cálido almuerzo compartido marcó el cierre del evento, con la promesa de futuros reencuentros y la certeza de que las conexiones formadas trascenderían más allá del encuentro en sí.

Por último, como un guiño al futuro, quedó la promesa de una visita de coleccionistas mexicanos a Costa Rica, un vínculo que cruzará fronteras y expandirá aún más el ámbito de esta apasionante afición.

Las memorias del encuentro se cristalizaron en las botellitas conmemorativas de este año: Tequila Nueva Era en una exquisita botella en forma de barrica, magistralmente esculpida en vidrio soplado y complementada con una base de madera para su protección. Además, un espléndido set de whisky de El Mestizo promete convertirse en una joya buscada por coleccionistas en los años venideros.

La organización y logística del evento no habrían sido posibles sin la incansable contribución de Fabiola Mendoza y su equipo de Experience Travel, a quienes se agradece infinitamente por su invaluable apoyo.

Un agradecimiento especial a los miembros del Club que apoyaron para que cada momento fuera único e inolvidable, Fernando y Ghyna, Sergio, Omar, Araceli, Ricardo y Cinthia.

En resumen, el Sexto Encuentro Internacional de Coleccionistas de Minis de Licor en México fue una vivencia que trascendió la pasión por la colección, convirtiéndose en un capítulo inolvidable en la vida de todos los asistentes. La camaradería, el conocimiento compartido y las conexiones forjadas dan testimonio de la auténtica magia de este evento que, más allá de las botellas en miniatura, atesora momentos y relaciones que perdurarán en el tiempo.